CamyWilliams9

La luz de un nuevo día le daba la bienvenida a los ojos de Sam, recobró la conciencia rápidamente de lo que ocurrió anoche. Era tan increíble incluso para si mismo tratar de creer que había tenido una conexión con el causante de transformar su vida en una verdadera pesadilla.

Esto estaba demasiado claro, ella estaba persiguiéndolo, y lo peor era que ya sabe donde vive; rompió ese retrato… ¿será una advertencia de lo que podría sucederle junto a su familia? Posiblemente… aun así detrás de todo esto debe haber un motivo.

Todo lo que deseaba era vivir tranquilo y tener una vida normal dejando de lado a las “personas” que sólo él podía ver. Ya no quería sufrir… ya no más… La felicidad es la meta de un camino que se emprende, pero al estar muy cerca de su lado el camino de la tristeza y desesperación puedes tropezar en tu sendero por la felicidad y desviarte, aunque la piedra u obstáculo que sea el causante de ello no seas tú mismo debes fijarte muy bien por donde caminas; quizás que de lejos parezca una piedra inofensiva y no le prestes atención, pero al estar distraído caerás, llevándote a la tristeza.

Sam cometió el error de no prestarle atención a aquel material inerte, pero ¿Quién puede culparlo? Al ser un niño de apenas 8 años ignorante de las máscaras en las que se oculta la maldad.

-“¿Por qué no vas a jugar con los otros niños Sam?"-

-“No me gusta jugar con los niños de aquí…todos me dicen que soy raro”- Respondió el niño con un tono de voz bastante decaído mirando por la ventana como los niños que estaban en el patio jugaban al fútbol.

-“Tú no eres raro, pequeño”-Dijo el director del orfanato con una sonrisa, acariciando delicadamente la mejilla del niño.

-“Sí soy raro…mis ojos son raros…”-                                                                                                                    

-“¿Tus ojos?”-Miró con curiosidad las intensas y verdes pupilas de Sam.

El pequeño volteó su cabeza mirando de frente al hombre, luego de un momento de silencio se atrevió a decir:

-“Los muertos me persiguen y sólo yo puedo verlos”-Dijo con un hilo de voz mirando fijo al adulto quien abrió los ojos tan grandes como le fue posible al oír tal cosa, pero tal vez este sea el momento oportuno para acercarse más a Sam y ganarse su confianza.

-“Sam, ¿Te das cuenta de lo que estas diciendo? Espero que no sea una ocurrencia tuya.”-

-“Sabía que no me creería, señor.”-Volvió a dirigir su mirada hacia la ventana muy desanimado.

-“Ven, acompáñame a la oficina para hablar más seriamente sobre esto”-Empezó a caminar hacia aquel lugar dejando a un Sam sorprendido ya que no esperaba esa reacción tan interesada y preocupada de aquel hombre realmente, o al menos eso era lo que podía deducir de su frágil mente.

Decidió seguir sus pasos por el pasillo mirando los pintorescos cuadros en los que estaban plasmados aquellos fantásticos paisajes que quizás nunca podamos ver. Al estar a un paso de entrar en la oficina del director miró nuevamente hacia el pasillo, una parte de él tenía un mal presentimiento; respiró hondo tratando de calmarse al ver otra “persona sombra” traspasar las paredes del estrecho lugar, volteó su cabeza delante suyo y abrió la puerta.

El director se encontraba acomodando unos papeles, al mirar al niño dentro de la habitación y sin dirigir ni una sola palabra cerró la puerta con una llave que guardó en su bolsillo posteriormente, lo tomó del hombro ejerciendo cierta fuerza y lo empujó hacia una silla haciendo que se sentara… Algo andaba mal, algo en la mirada de aquel hombre que le había confiado todo siempre, a quien consideraba su padre y la única persona en el mundo que era capaz de protegerlo, algo había cambiado…

Ahora su mirada era impaciente y causaba intriga, no le transmitía paz sino intranquilidad. El corazón del pequeño latía ferozmente y de sus ojos brotaron lágrimas.

-“¿Por qué no me di cuenta antes?”-Dijo bajando las escaleras sin mucho apuro;  no tenía clases, estaban de duelo, que mala suerte fue para el maestro partir al otro mundo apenas comenzar a trabajar en el salón de Sam. Afirmó su frente sobre la pared, aún puede oír los llantos silenciosos y los golpes débiles de un niño pidiendo ayuda aunque todo fuera en vano. Dolor, desesperación e impotencia de no poder hacer nada para evitar que su inocencia fuera destruida.

Pero eso era el pasado, ahora tenía que buscar la forma de explicarle a sus padres lo que sucedió anoche, seguramente ya se habían percatado del cuadro, pero para su sorpresa no había sufrido ningún daño. La cara de desconcierto de su hijo le preocupó a la señora Marie Williams que pasaba por allí, se acercó al niño.

-“Hijo, ¿esta todo bien?”-

-“¿Eh? Oh, sí mamá…emm con respecto a lo que sucedió anoche…”-

-“Sí, lo sabemos, Frank y yo te prohibimos que veas televisión hasta tarde, fíjate hasta que hora seguiste durmiendo”- Dijo la mujer señalando el reloj de pared que estaba en esta misma sala. Él guardo silencio.

-“Además, ver televisión hasta tarde provoca pesadillas, ¿Sabías?”- Al terminar de decir esto la dama volvió a retomar sus tareas domésticas.

-“…Todo fue… ¿Una pesadilla? ¿Mis padres no fueron quienes me acostaron en mi cama al encontrarme tirado en el piso del salón?”- De repente todo se volvió más confuso.

 La indeseada noche llegó, todos se encontraban en sus respectivas habitaciones durmiendo. Primero eran pasos, Sam abrió los ojos; esos pasos se escuchaban más cerca, su corazón empezaba a bombear sangre con más fuerza; luego pequeños golpes en el vidrio de la ventana, él prefirió no darle importancia, grave error.

 Unos fríos brazos femeninos lo abrazaron por detrás, tragó saliva con fuerza y respiraba pesado al ver esos brazos pálidos que tenían bastantes cortadas profundas; es la segunda vez que experimentaba este sentimiento de terror recorrer por todo su ser…Tan sólo pensar que estaba acostado con él, abrazándolo, un ser no vivo.

 El ser murmuraba, apenas podía oírse su voz pero cuando sus congelados labios rozaron la oreja de Sam, fue entonces cuando pudo escuchar una palabra claramente. Quiso gritar pero no podía.

 Pasaron las horas, ya se había calmado un poco, el espectro seguía rodeándolo con sus brazos hasta que se atrevió a decir:

 -“Y-Ya…ya deberías irte…- Desde que empezó a ver entidades había tenido posibilidades de hablar con algunas de ellas, incluso jugar, especialmente cuando era un infante pero era la primera vez que lo abrazaran de aquella manera y por mucho tiempo.

 Ella comprendió y se fue desvaneciendo. Se sacó las sabanas que lo cubrían y corrió hacia el cuarto de sus padres sólo para comprobar de si se encontraban bien. Suspiró aliviado al ver que estaban durmiendo tranquilamente pero a causa del brusco sonido de la puerta abriéndose los despertó.

-“¡Samuel! Eras tú… Me asustaste, por poco y pensaba que era un ladrón.”- Le dijo su padre Frank.

-“¿Qué sucedió querido? ¿Otra vez tuviste una pesadilla?”- Le dijo en tono suave para calmar a su hijo.

-“No… Esta vez fue muy real lo que me pasó… Una chica muerta me abrazo…”- L e daba igual de la forma en que se expresaba, quería desahogarse de una vez.

-“¿Una chica muerta?”- Su madre lo observó confundida.

-“Hijo, las pesadillas muchas veces nos parecen reales… Son las 4 de la mañana… Por favor, ve a descansar.”- Respondió Frank finalizando la conversación.

Volvió a su recamara desanimado.

-“Sabía que no me creerían, nadie lo hará…”- Se dijo para si mismo sacándose el pijama, ya no iba a poder retomar el sueño después de lo sucedido, cuando se sacó la camisa vio que detrás de esa prenda habían manchas de sangre, lo que le permitían deducir que el rostro de la fantasma estaba herido o había sangre sobre el.

-“Ahora ¿Qué? ¿Qué es lo que realmente quieres?...”-

Ese abrazo demostraba cariño, pero lo que le hizo al retrato demostraba odio, tal vez, justamente lo que ella quería era confundirlo o…¿De verdad le tenía afecto a él y no a sus padres?

-“Ah…”- Suspiró- “Ya no sé en qué pensar.”- Se puso una camiseta, unos jeans y salió afuera a dar un paseo; esto no lo conformo y un sentimiento se hizo ameno al encontrase en compañía de su pelota; el tiempo paso rápido hasta que se percató de que estaba oscureciendo y decidió regresar a su hogar.

Pasaron los días, él trataba de retomar sus actividades diarias con normalidad pero aunque se esforzara no podía dejar de pensar en aquella niña y tratar de descifrar su propósito.

 En la soledad de su hogar, decidió saciar su curiosidad escarbando en unas cajas con cierta documentación donde para su sorpresa encontraría algo que cambiaría su vida; la foto de una niña le llamó la atención, tal es así que sintió cómo un impulso eléctrico al tomar la foto en sus manos, pero lo que más le llamo la atención fue una fecha escrita en el reverso.

 Este dato lo llevó a concurrir a la biblioteca pública para averiguar qué relación podría existir entre la niña y la fecha escrita. Una vez allí, no tardó mucho tiempo en descubrir el sorprendente parecido con el espectro que lo asecha; trató de no darle importancia a las manos heladas que tocaban sus hombros, recuerda que no sabe que esta muerto…

 Entre viejas publicaciones de diarios la macabra historia que relaciona a esta niña con la fecha…”Una pareja encontró el cuerpo de una niña de 12 años en el parque de la comunidad a las 9 p.m.  Era Williams Sally”. Lo primero que pensó es que esa niña era la hija biológica de sus padres, Sally, era aquel fantasma.

 Llegó el día en el que Sam no aguanto más y exigió a sus padres que le cuenten la verdad; luego de eso sintió una mezcla de alivió y temor. Sus padres al recordar esta historia volvieron a sentir el dolor retornar nuevamente. El niño con este desengaño a cuestas se encerró en su cuarto… La noche pasaba lentamente, mientras soñaba entre despierto dirigió su mirada hacia la puerta.

-“Podría haber jurado que cerré la puerta antes de meterme en la cama, supongo que se me olvidó…”-

Y en un pestañeo ella estaba allí, la que tanto lo persiguió y atemorizó, al lado de la puerta. La imagen que ella transmitía era aterradora; estaba impregnada de sangre, tenía una herida a un lado de su cabeza, su vestido estaba sucio y ultrajado, sus pies estaban sucios como si hubiera corrido por el barro, llena de raspaduras por las rodillas y las piernas.

Sam estaba petrificado y no podía decir palabra alguna. Lo que lo intrigó fue esa sangre fresca que corría por las manos de Sally, un presentimiento oscuro lo hizo temblar. Ella lo miró fríamente y  susurró antes de desaparecer entre la oscuridad del cuarto:

-“Mami y papi ya están dormidos”-

Después de unos minutos el niño reaccionó y fue en busca de aquellas personas que lo criaron; pero se encontró con un dantesco espectáculo, restos amorfos de carne esparcidos por todo el dormitorio, las paredes teñidas de sangre. Entre esos restos divisó ropas que le resultaban familiares… eran las de sus padres.

El terror que sintió lo llevó a correr, saliendo de la casa hasta llegar a un parque público. Corrió tanto pensando que ella ya estaba lejos de él.

Un grito desgarrador estremeció la noche.

-“¡NO ME DEJEN SOLO! ”- Corría mientras limpiaba sus mejillas empapadas por las lágrimas. - “No me dejen solo otra vez…”-

Eran las 3 a.m. Su mente divagaba entre recuerdos familiares y el horrendo espectáculo de sangre que acababa de presenciar, de pronto una brisa helada sacudió las hojas de los árboles, un presentimiento llevó a Sam a mirar a sus espaldas, en efecto, era Sally. Sin dejar que pasara ni un segundo ella le reveló la verdad:

-“Mi tío…Johnny…tu padre…me asesinó.”- Sam al escuchar esto salió de su asombro entrando en un estado de confusión- “Karen, tu madre, tenía muchas discusiones y peleas con tío Johnny, por eso se separaron. Ella se puso muy triste por esa separación. Ella te pegaba cuando venía de alguna fiesta de sus amigos en las noches, a veces con esas botellas que la ponían aún más furiosa. Los vecinos escuchaban los gritos de tu madre y tus llantos así que llamaron a una mujer que se encargó de llevarte a un lugar donde estuvieras a salvo de tu madre; al principio iban a llevarte con tu padre pero se enteraron de lo que hizo, después iban a entregarte a tus tíos pero estaban muy dolidos y necesitaban tiempo para poder ocuparse de un niño. Al no encontrar otro pariente te llevaron a un orfanato en donde sufriste un accidente por haberte caído de un árbol en una travesura infantil. Cuando despertaste después de un par de meses sólo recordabas a tus amigos que conociste allí y al director, que fue como tu padre, pero después de todo ¿él no fue muy bueno contigo, verdad?”-

Sam tragó saliva con fuerza y retrocedió.

-“Pasó el tiempo… tú seguías viendo a personas que eran invisibles para los demás, eran personas que no sabían que estaban muertas… o tal vez sí ¿Quién sabe? Cuando supiste que una pareja te iba a adoptar te pusiste muy feliz; esa sonrisa que se te había dibujado en el rostro de pronto se borró cuando notaste mi presencia en el asiento de atrás del auto de tus nuevos padres, mis padres.” -

-“M-Mis tíos…”- Dijo el pequeño con una voz temblorosa.

-“Pensaban olvidarme para así poder ser felices contigo. ¡Querían borrarme de su vida! ¡Me reemplazaron!”- Un aura intensa se formó alrededor de la contraria mientras ella flotaba a pocos centímetros del suelo.

-“¡Acabas de matar a mi familia y pretendes que te crea todo esto!?¡¡Eres un monstruo!!”- Dijo enfáticamente con sus ojos llorosos.

Sally se acercó velozmente, Sam estaba inmóvil, aterrorizado. En ese momento la niña le succionó el aliento. La mente de él fue poseída por su contraria y le reflejó los instantes de su muerte, y cómo le provocaron esas heridas en su cuerpo. Mientras esto sucedía esas heridas se manifestaron en el cuerpo de Sam.

En el momento que separaron sus labios, Sam, se sintió aún más aturdido pero el miedo que sintió hace unos momentos desapareció por completo. Tenía la mirada perdida pero a la vez observaba a Sally alejarse cada vez más metiéndose entre los árboles, como si quisiera invitarme a jugar. La seguí, tal vez por curiosidad. Ya no tenía miedo.

A estas horas las entidades solían pasearse entre las calles, sin ningún apuro; pero ahora no había nadie, solamente está la Luna, yo y una niña riéndose apenas aún escondida esperando que yo acepte entrar a su juego.

Ahora lo recuerdo, también se encontraba un niño de celeste sobre el césped del parque, mis percepciones se tornaron absolutamente reales, todas las voces de ese oscuro mundo que creía dentro de mí forman parte, sin dudas, de mi realidad; aun así tenía que sacarme mis dudas y me acerqué al cuerpo yacente, aún la sangre brotaba de esas profundas heridas…esas heridas reflejaban una triste historia, una historia como la mía ¿Y si ese niño soy yo?

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Yyy así culminó este Creepypasta QwQ no quise extenderlo mucho para que algunos no tengan flojera de leer xD  Espero de que les haya gustado! 
Y es muy posible que haga un cómic, pero aún lo estoy pensado... 



 El personaje de Sam Williams nos pertenece a mí y a La-Mishi-Mish 

 Sally Williams y su Familia le pertenece nuevamente a mi querida hermana mayor La-Mishi-Mish x3 

No se olviden de comentar!! Su opinión es muuyy importante ^^


Nos vemos! ;DD

          

(Primera Parte)

-“Mañana ya será Lunes”- Dijo Sam al ver el calendario que estaba sostenido por un clavo en la pared de su cuarto. Fue entonces cuando decidió poner en orden su bolso, cuaderno, lapiceras, libros, en fin; un buen estudiante, no podría ser menos que eso, debía de alguna u otra forma agradecerle a sus padres por todo lo que hicieron y hacen por él ¿A sus padres? Sí, a sus padres, a pesar de no tener lazos sanguíneos que los unan, en efecto, los une el gran cariño que tienen entre sí.

Al recordar lo afortunado que es al tener una familia y empezar a llevar una nueva vida lo llenaba de felicidad. Se dibujó una sonrisa en sus mejillas mirando, pero a la vez no, por la ventana la luna que se asomaba entre las nubes iluminando con su tenue luz el jardín trasero de la casa de grandes proporciones. Recordar, recordar, volver a aquellos tiempos cuando era un niño más entre millones que se encontraban casi en la misma situación que él, pequeños que jamás conocieron a sus padres biológicos o que fueron abandonados por los mismos, reunidos todos en un mismo lugar junto a personas mayores con el objetivo de criarlos hasta que una pareja o familia los adoptara. Los pocos niños con los que formó una amistad fueron abandonando el orfanato para convivir con su nueva familia.

-“¿Es que nadie quiere que sea su hijo?”- Pronunció con su dulce voz de infante viendo, desde la entrada de aquel amplio lugar, como el automóvil partía y, en su interior, llevándose al último de sus amigos.

-“Eres un buen niño Sam, ya verás que no tardaran en venir las personas que te adopten, y estoy completamente seguro de que tendrán mucha suerte al tener a un hijo tan hermoso como tú”- Le respondió un hombre adulto, su mano acariciaba la espalda del pequeño para alentarlo.

El niño sonrió al escuchar esas palabras y abrazó al director del lugar donde su vida tomaría un rumbo muy diferente a lo pensado.

-“¿Tendrán mucha suerte? Sólo espero no defraudarlos”- Se dijo para si mismo el preadolescente de cabellos castaños, cuando de repente un sonido en su puerta lo sacó de sus pensamientos.-“¿Quién es?”- Preguntó sentándose en su cama.

-“Soy yo. ¿Puedo pasar mi bebé?”- Respondió la única voz que lograba hacerlo entrar en el mismísimo paraíso.

Sonrió con ternura -“Puedes entrar mamá”- Dijo sonrojándose un poco ya que decirle bebé teniendo ya 13 años no era digno.

Al abrir la puerta entraron unos rayos de luz del pasillo lográndose ver la silueta de una bella mujer de cabellos castaños claro, un poco ondulados y ojos verdes.

-“Quería desearte buenas noches, hijo mío. Oh! Por cierto, mañana empiezas un nuevo año lectivo ¿Ya preparaste tus útiles?”-

-“Muchas gracias madre, yo también deseo que tengas una linda noche, y sí, ya está todo listo. Estoy muy emocionado, me pregunto si tendré nuevos compañeros”-

La mujer sonrió, se sentó al lado de su hijo y dio un cálido abrazo como todas las noches.

-“Sólo quiero que tengas cuidado. ¿Sí? Y cuando tengas algún problema no dudes en contármelo a mí y a tu padre, sabes que siempre tendrás nuestro apoyo”-

-“Lo sé perfectamente mamá”- Le regaló una sonrisa y correspondió el abrazo.

La Luna brindaba su máximo resplandor, el viento soplaba haciendo de esta una noche tranquila. No obstante, para Sam, todas las noches aguardaban misterios que eran mejor no descubrirlos; misterios ocultos en las sombras, en el armario, en los rincones, en las extrañas figuras que en un parpadeo desaparecían del espejo; incluso misterios debajo de su cama que por momentos parecía que alguien más estaba allí susurrando, esperando que se levantara, en aquella recamara que sólo se podía distinguir la tez blanca de un chico iluminada por la Luna. Cualquier persona ya no hubiera aguantado más y prendería todas las luces o habría salido del cuarto, pero no, él no; él ya estaba acostumbrado a ver personas cuyos pies eran invisibles, sombras que no estaban pegadas a las paredes, incluso luces esféricas volando libremente. ¿Estaba loco? No, absolutamente no, desde que puede tener uso de la memoria podía ver este tipo de cosas que las pupilas de las demás personas no. Tal vez es un don con el que nació, pero no, para Sam esto era un castigo, una maldición, aunque no tenía opción, tuvo que aprender a llevar este asunto ocultándolo a las personas que más ama, sus padres, para que no se preocuparan. No quería traerles problemas, al contrario, sólo quería hacerlos felices; cosa que logró obviamente, los señores Williams no podían pedir más de él, era todo lo que deseaban.

El primer día en el colegio transcurrió sin inconvenientes. Sam marchaba de regreso a su hogar en compañía de sus nuevos amigos que pertenecían a su mismo salón.

-“Así que… ¿Ustedes son hermanos?”-Preguntó muy curioso Sam a una niña y niño que caminaban a su lado, ambos con cabellera rubia

-“Sí, lamentablemente.”-Respondieron los dos al unísono provocando una carcajada a su acompañante.

-“¿Tú no tienes hermanos Sam?”- Preguntó el niño.

-“Soy hijo único, pero me hubiera encantado tener una hermanita menor.”-Dio por respuesta con una simpática sonrisa.

-“¡Tener una hermana menor es un infierno! Son muy molestas”-

-“Y tener un hermano mayor es una pesadilla.”- Continuó la joven algo molesta.

-“Bueno…Yo no lo veo así, tener una hermana menor me haría sentir más responsable ya que tendría que cuidarla y fijarme que no le falte nada.”

Al terminar de pronunciar esas palabras una imagen veloz y extraña de una aparente adolescente cruzó abruptamente ante sus ojos, pasando este hecho desapercibido ante sus acompañantes. Lo que generó que él detuviera su marcha de manera repentina.

-“¡Oye Sam! ¿Qué sucede?”- Preguntó el muchacho.

-“…V-Vi una chica… de aspecto extraño pasar delante de mi… y desapareció entre los arboles de este parque…”-

Ambos hermanos cruzaron sus miradas entre si hasta que se animaron a decir:

-“Sam… nosotros no vimos nada.”-

Pasaron 3 meses desde aquel acontecimiento y estas apariciones, similares a las ya relatadas, se hicieron más frecuentes. Sí, él había vivido incontables experiencias con respecto a situaciones inexplicables con seres o quizás personas que únicamente él podía ver, pero el problema era que este ser en particular, el que paso en frente de sus ojos sin que sus amigos lo captaran, era al parecer el mismo que había visto hace dos años dentro del automóvil de los que estaban a punto de ser sus actuales padres.

Estaba intrigado por la persistencia y sus reiterados encuentros con esta “chica”. Lo que parecía algo casual se tornó repetitivo.

No le comentó nada de lo que le sucedía a sus padres pensando que pronto todo volvería a la normalidad, es decir, a la rutina que es “normal” para Sam.

Una vez más el satélite natural iluminó sus solitarias noches. Mirando el techo de su amplia recamara se dijo para si mismo.

-“Me está persiguiendo…Pero ¿Por qué?”-Guardó silencio tratando de hallar una respuesta que por el momento era inalcanzable; cuando un ruido llamó su atención. Salió del cuarto y bajó las escaleras dirigiéndose a la sala, lugar donde provenía aquel estrepitoso sonido; al estar allí dirigió la mirada a uno de los cuadros que antes estaba sobre un aparador, ahora estaba sobre el piso.

Se acercó y tomó el portarretrato en sus manos, observó que no sólo los vidrios estaban rotos de una forma muy curiosa, la foto familiar que estaba detrás de los vidrios parecía haberse quemado pero únicamente las figuras de sus padres y la de él; sin embargo, el paisaje de las montañas en aquella imagen estaba intacto.

El niño levantó la mirada hacia la ventana, entonces pudo verlo, pudo ver aquellos hermosos pero, a la vez, penetrantes, luminosos y tétricos ojos verdes de la desconocida ánima. En un pequeño instante que parecía durar una eternidad sus miradas se conectaron, sin hablar, se transmitían gran cantidad de mensajes pero sin quitarle su lugar al silencio. Todo fue tornándose más oscuro y borroso mientras aún permanecía viendo la silueta femenina de ese ser desaparecer entre las tinieblas de su propia visión.


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Asdasds Les agradezco mucho por leer la primera parte!  

Especialmente le agradezco a La-Mishi-Mish por darme su aprobación para llevar a cabo el creepypasta  

Quisiera publicarlo en inglés también pero lamentablemente no manejo bien ese idioma u_u Lo siento ;-;